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BRASIL: en 2022 debería cambiar la relación entre el productor y la industria 11/1/2022

Opinión del productor: los cambios en 2022 deberían cambiar la relación entre el productor y la industria

El año que termina ha impactado a todos los sectores de la economía nacional y mundial. Algunos crecieron a base de los servicios que atendían a las familias en sus hogares, otros cerraron sus negocios por las perturbaciones provocadas por la pandemia.

No diferente, la cadena láctea nacional reveló las frágiles relaciones que existen entre los productores y las agroindustrias. Esta interdependencia no es tan transparente ya que se espera que las negociaciones sobre el valor pagado por litro de leche al productor, en casi todo el país, sufran cambios profundos en 2022.

Con un escenario extremadamente desafiante, 2021 fue sin duda un año histórico para los productores de leche, cuando analizamos las pérdidas sistemáticas acumuladas por ellos. La escasez de lluvias, junto con las heladas en las regiones de mayor producción lechera de Brasil y exacerbadas por aumentos significativos en los costos de producción -establecidos por los precios de los insumos vinculados al dólar- han puesto de relieve cuestiones que habían sido dejadas de lado en el pasado no tan reciente y repetitivo.

El desequilibrio financiero entre los eslabones de la cadena productiva lechera nacional evidenció una relación que ya no era pragmática entre sus agentes.

Reforzando esta cuestión, las Juntas de Productores de Leche de Brasil exigen el cumplimiento de la Ley 12.669, de 19 de junio de 2012, que determina que la empresa procesadora y comercializadora de lácteos informe al productor de leche el precio pagado por litro del producto hasta el día 25 ( veinticinco) del mes anterior a su entrega.

Además de cumplir con la ley, también se discute que el precio del litro de leche informado esté correlacionado con un índice de referencia validado por ambas partes.

En estas discusiones, se demostró cuán ineficaces son los índices que actualmente se desarrollan en los consejos paritarios, como los “Conseleites”. Si en algunos casos no hay actualizaciones satisfactorias de los costos de producción, en otros no hay validación del modelo matemático adoptado.

Esta condición, que siempre ha sido conflictiva, tiende a minimizarse a medida que cada uno de los agentes comprende los cambios internos necesarios para fortalecer las relaciones de interdependencia.

Si corresponde a los productores producir leche con eficiencia y calidad, también corresponde a los agronegocios establecer una negociación transparente que brinde equilibrio financiero entre las partes, además de la previsibilidad del precio del litro de leche a pagar. 

En pleno apogeo de la inteligencia artificial, el mantenimiento del mecanismo que impone al productor a informarse  del valor recibido por su producto después de un mes de entrega de su producción quita eficiencia a la transparencia, permitiendo incluso cuestionamientos sobre la violación de la Ley 12.529 de noviembre. 30 de 2011. Se advierte que terminologías como “sesgo a la baja”, “estabilidad” o “sesgo al alza” ya no son suficientes para establecer una asociación duradera.

En escenarios desafiantes, los más preparados entienden antes lo que suele pasar después. Y hay fuertes indicios de que nada volverá a ser igual.