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  • La Manteca no siempre es amarilla 6/7/2022

    Habrá pasado por momentos de descubrir que los productos que siempre hemos comprado con la total certeza de saber lo que eran sin tener que ir a revisar las etiquetas ya no son exactamente lo que parecen, sino “basados ​​en”.

    Pongamos el ejemplo de la manteca: hasta hace poco tiempo estaba en un espacio bien definido en los estantes con un empaque tan característico que no dejaba lugar a dudas, por lo que se podía identificar a simple vista. Ahora cada vez es más frecuente encontrar en el estante de la manteca también productos con el típico envase de una manteca, de marcas conocidas, pero que tienen escrito en la etiqueta en letra pequeña como "producto para untar a base de crema y aceite vegetal". ". Evidentemente uno se siente engañado.

    Tendencia a presentar todo como reemplazable

    Lo mismo ocurría con la margarina: antes se envasaba de forma diferente a la manteca y también se comunicaba de forma diferente. La manteca era manteca y la margarina era margarina. Hoy, en la era del relativismo y la holística, tendemos en cambio a querer anular las diferencias y hacer parecer que todo es casi igual, por lo tanto superponible y reemplazable, es decir, indiferente.

    Como todos sabemos, la margarina ciertamente no es mejor que la manteca y las bebidas vegetales no son mejores que la leche. La legislación, por el contrario, deja a menudo un amplio margen para que parezca que algo es lo que no es: "producto a base de...", "condimento a base de...". Cada vez existe una gama más amplia de alimentos “similares”, que pueden variar desde el punto de vista composicional, nutricional, funcional, respecto a su doble original, por lo que se debe prestar atención no tanto a la presentación sino a las etiquetas., que no son adornos, sino herramientas de información del producto. Comprar es una elección, que puede ser más o menos aconsejable, pero que debe hacerse con responsabilidad. No se trata tanto de seguridad alimentaria, dado que todos los productos puestos en el mercado deben cumplir con la normativa sanitaria vigente, sino de políticas comerciales y de marketing para conquistar espacios de mercado y nuevos tipos de consumidores. Cada vez se ponen a la venta más productos nuevos; no son peores, pero sí diferentes a los que estábamos acostumbrados y con los que aún compiten.

    Conscientes de vivir en tiempos en los que se tiende cada vez más a afirmar que no existen diferencias entre ser y ser percibido, es más necesario que nunca leer con atención las etiquetas, especialmente la lista de ingredientes. Ciertamente, un producto original nunca puede ser igual a su similar.


    traducido por el OCLA del newsletter de Clal.it por Leo Bertozzi