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ESPAÑA: el fracaso de las organizaciones de productores 10/7/2019
Fue en el año 2012 cuando apareció la primera normativa que daba cobertura a las organizaciones de productores (OPs), un instrumento impulsado por la propia Comisión Europea para dotar de un mayor poder negociador a los ganaderos en sus relaciones comerciales con las industrias. Una regulación que abría una esperanza en el origen de la cadena de valor, en la base productora, que siempre había bailado al paso que marcaba el eslabón más fuerte.
Transcurridos siete años, nada queda ya de aquella ilusión y puede concluirse que el modelo no ha funcionado ni en Galicia ni en España, salvo en el sector de frutas y de hortalizas. Y han sido necesarios hasta tres reales decretos que han ido modificando aspectos.
En lechería, según los datos que maneja el ministerio, hay ahora solo 6 OPs constituidas, y puede decirse que, en realidad, apenas 2 son realmente operativas. Se trata, precisamente, de las que están ligadas a industrias: la del sur, que trabaja para Covap, y sirve a Mercadona, y la de Central Lechera Asturiana. ¿Qué ha ocurrido para que fracasara un modelo que muchos pensaron que supondría un antes y después? «La respuesta es muy sencilla, no antes y ahora mecanismos que obligaran a las industrias a sentarse, es claro, lo lo hacían», explica Javier Iglesias, responsable de Ganadería del sindicato Unións Agrarias (UU.AA.).
Desde el pasado mes de marzo, hay una nueva normativa que abre una ventana a la esperanza: la regulación especifica que las industrias no pueden negociar ni trasladar individualmente contratos a aquellos ganaderos que formen parte de una OPs. Este es el paso que estaba precisamente aguardando Ulega, la mayor organización de España, impulsada por UU.AA. y que agrupa a dos mil ganaderos.
Hace unos días, en Santiago, la Asociación Gallega de Cooperativas Agrarias (Agaca), organizó una jornada para analizar el llamado Paquete Lácteo. «Percibimos que la Administración va dando pequeños pasos para que funcione una contratación transparente y moderna entre compradores e vendedores. ¿Va a ser suficiente? Veremos», explica Higinio Mougán, de Agaca.
Los expertos apunta a otro problema: es tal el desequilibrio entre el poder de negociación entre ganaderos e industrias que en el sector productor pocos creen que se pueda realmente revertir esta situación. Los ganaderos también reclaman una nueva modificación legislativa: que se introduzca la figura del mediador. Una demanda que comparten productores y cooperativas, medianas y grandes. Agaca lamenta el papel desempeñado en todo este proceso por las autoridades de Competencia, que han visto al sector ganadero, dividido y desestructurado, como si fuesen una gran multinacional, colocándola al nivel de la industria y la distribución, y siempre remisas a dar pasos que supusiesen mejorar su poder en el conjunto de la cadena de valor. De hecho, último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha desencadenado la indignación de los agricultores y ganaderos del conjunto de España, ya que considera que las organizaciones de productores pueden constituir un riesgo para la competencia, mientras se permite la concentración sobre de la industria y de la distribución.
Otro de los aspectos que denuncia el sector son las diferencias que existen respecto al resto de Europa. Según la regulación estatal, una OP necesita aglutinar al menos una producción de 200 millones de litros. En Galicia, además, la normativa propia establece, además, que la OP debe agrupar a un mínimo de 1.000 productores. En Alemania y Francia, en cambio, sí existen organizaciones de 200 y 300 productores que llegan a acuerdos para abastecer a industrias y operan realmente como una OP. Medio Rural ya está trabajando para modificar la regulación gallega y reducir ese umbral mínimo de mil granjas, para que el modelo pueda ser más eficaz en una comunidad como la gallega. Así se lo han trasladado ya desde la consejería al sector en diversas reuniones.
Preguntado al respecto, el departamento dirigido por José González confirma que se está revisando todo. «La normativa estatal exige un mínimo de producción para constituir una organización de productores lácteos; pero, en Galicia también están obligadas a disponer de un número de productores mínimos, requisito exigido por el Decreto 112/2011; este decreto gallego exige 1.000 produtores como mínimo para la leche convencional, y 50 en el caso de leche ecológica. No obstante, estamos estudiando la demanda realizada por el sector de rebajar estos parámetros», explican.
En cuanto a la situación actual del plan estratégico para el sector, un grupo de trabajo de la Xunta está manteniendo reuniones de manera periódica para analizar cuestiones relacionadas con el relevo generacional, la reorientación de la producción, la generación de valor en la cadena y la promoción de productos lácteos.
Somos Agro, La Voz de Galicia por Mario Beramendi