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  • ¿Sigue siendo importante la sostenibilidad para los consumidores? 28/2/2025

    Habiéndose convertido en una palabra de moda, la “sostenibilidad” ya no parece tener el mismo atractivo para los consumidores que antes. De hecho, solo el 9% lo sitúa ahora entre sus prioridades y el 46% lo considera en sus decisiones de compra, frente al 51% en 2020.

    La razón principal es el mayor precio de los productos declarados sostenibles en comparación con los convencionales, debido a las mayores cargas sociales y ambientales como la remuneración justa de la mano de obra o los métodos ecológicos seguidos en el proceso de producción, incluidos los materiales de embalaje.

    Otro elemento significativo es la confusión de muchos respecto a los contenidos y garantías de un producto declarado sostenible, así como, sobre todo entre los jóvenes, los repetidos mensajes sobre la incertidumbre del futuro y sobre las crisis medioambientales. La Generación Z, por ejemplo, parece más atraída por los problemas de lo que los rodea que por los grandes y difíciles de abordar asuntos planetarios. ¿Qué debe hacer entonces la industria agroalimentaria? ¿Seguir la actitud de los consumidores o seguir centrándose en la evolución de los métodos de producción para contribuir a la protección del planeta, de las personas y de las cosas?

    Siguiendo también las orientaciones estratégicas de muchos países hacia la sostenibilidad, resumidas en los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, cada vez más empresas se han orientado hacia prácticas sostenibles y hacia la transparencia de sus actividades de producción. Ahora, sin embargo, las recientes decisiones en el extranjero están enviando mensajes contradictorios sobre la protección del medio ambiente al minimizar e incluso cancelar las referencias a la crisis climática, social y económica en los documentos oficiales. En la UE, el reciente documento de la Comisión Europea sobre la “visión” 2040 para un sector agrícola y alimentario atractivo, competitivo, sostenible y justo parece alejarse de la estrategia “De la Granja a la Mesa”, parte del Pacto Verde, para centrarse más en la seguridad alimentaria.

    Esto y mucho más demuestra que vivimos en un período de incertidumbre que preocupa tanto a consumidores como a productores. Una vez más, se hace esencial que las grandes estrategias públicas se armonicen tanto con las elecciones que las empresas deben hacer en función de las inversiones a largo plazo, como con los mensajes de información y formación a los consumidores.

    traducido por el OCLA del newsletter de CLAL.it por Leo Bertozzi de la fuente Food Navigator