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  • NUEVA ZELANDA: GAIN Report USDA-FAS, oct/19 11/12/2019

    Para el 2020 se espera que la producción neozelandesa se mantenga constante en comparación con el 2019, en 21,86 millones de toneladas aproximadamente, lo cual representa 0,7% menos que el volumen récord, ocurrido en 2018. Se pronostica que se producirá a partir de 4,94 millones de vacas, un 1% menos de lo que se ordeñó en 2018, pero estable con respecto a 2019.


    Aunque parece que se ha alcanzado la máxima cantidad de cabezas, la gran incógnita para el sector es si también se ha alcanzado el "pico de producción". Entre 1993 y 2015 hubo una tendencia de conversión de tierras hacia la producción lechera pero, como se puede observar en el gráfico a continuación, la cantidad de ganado lechero ha disminuido desde 2015 resultado de la rentabilidad limitada, los aumentos de costos y las nuevas regulaciones ambientales. Sin embargo, se mantiene la producción de leche: para el primer semestre de 2019 fue menor que para los mismos períodos de 2017 y 2018, pero sigue siendo la tercera más alta.


    Si bien a corto plazo los productores tomarán decisiones basadas principalmente en el crecimiento estacional de las pasturas, el costo de los alimentos y el precio previsto de la leche; a largo plazo el sector se enfrenta al desafío de tratar de mantener la producción de leche con menos vacas en un escenario marcado por una serie de contratiempos. Entre ellos, las nuevas legislaciones sobre temas ambientales, como la ley de “carbono cero” (con el objetivo de emisiones netas de carbono en cero para 2050) y el aumento de los estándares de calidad del agua (para limitar las descargas de nitrógeno, fosfato, sedimentos y patógenos a las vías fluviales), lo cual seguramente incremente los costos al igual que la revisión de la ley de bioseguridad actual.

    Otro de los factores negativos que inciden en la producción es la deuda elevada que poseen los tamberos: de todos los sectores agrícolas, el lácteo es aquel que tiene más deuda, lo que lleva a que muchos establecimientos con un leve aumento en las tasas de interés ya no sean viables. Todo esto determina poca posibilidad de expansión o crecimiento; y genera un creciente nivel de incertidumbre.

    Al mismo tiempo, todavía hay aspectos positivos en la lechería neozelandesa, que pueden compensar a los negativos dependiendo del momento. Por ejemplo, sigue habiendo una alta demanda de productos lácteos en el exterior a precios que en condiciones normales serían rentables (los precios de la leche para 2019/2020 se pronostican en NZ $6.75/kg MS ó USD 4.32/kg MS) y siguen en alza los nuevos hábitos de consumo relacionados con productos de mayor precio, como los orgánicos. Además, el escenario de la producción estancada y la apertura de nuevas procesadoras, llevará a una mayor competencia por la leche lo que probablemente se traducirá en un mayor precio pagado a los tamberos (con menor margen para la industria).

    A su vez, todavía queda por explotar la mejora en eficiencia productiva, sobre todo vía nutrición: algunos expertos estiman que el mismo suministro de leche podría alcanzarse con un 10% menos de vacas si se realizan importantes mejoras en la alimentación. Sumado a esto, las tasas de interés son bajas, incluso por debajo de los estándares históricos.

    La evolución de todos estos factores en los próximos años determinará si la producción de leche se mantiene, aumenta o empieza una tendencia a la baja.

    Los productos lácteos neozelandeses en el mercado internacional.

    Debido a que se pronostica que el suministro de leche será estable en 2020 en comparación con 2019 (suponiendo que no ocurra ningún evento climático extremo adverso), también se pronostica que la producción de productos lácteos será relativamente estable en 3,24 MMT (+0,6%). Sin embargo, se espera que las exportaciones totales caigan -0,8% después de alcanzar su máximo -estimado- en 2019 en 3,21 MMT. Este descenso se debe a una disminución del stock esperado para este año. El buen clima y el crecimiento de las pasturas el año pasado llevaron a una fuerte producción de leche en el último trimestre y una acumulación de las existencias a medida que el exceso de leche se procesó a leche en polvo entera (LPE) y la leche en polvo descremada (LPD). Como resultado, se estima que las exportaciones de LPE alcanzarán su punto máximo en 2019 en 1,48 MMT (+8% vs 2018), pero se espera ver una reducción de 4% en 2020.


     Fuera de los principales productos básicos, la crema UHT para la industria asiática y las exportaciones de fórmula de leche infantil son dos grandes motores. Las exportaciones de queso permanecerán relativamente estables, de las cuales la mozzarella y queso fresco representan más del 50% de las mismas.


    Resumen elaborado por el OCLA – Rocío Novoa - Asistente de Dirección