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BRASIL: el tiempo para la producción lechera requiere precaución por parte del productor 14/10/2020
Aun reflejando la pandemia de coronavirus, el año 2020 continúa lleno de incertidumbres. En el caso de la lechería, las dudas en el mercado al inicio de la pandemia dejaron a los productores con gran temor sobre qué dirección tomar, a disminuir la producción como sugerían algunas industrias, incluso en mayo de ese año, para descartar animales de baja producción teniendo en cuenta los buenos precios pagados por la carne, o estructurar su negocio para reducir costos y seguir produciendo.
Los más optimistas se propusieron seguir adelante y ahora cosechan los frutos de una buena planificación de actividades. El sector enfrentó desafíos, especialmente los condicionados por el consumo de lácteos, en un principio fuertemente afectados por el aislamiento social, pero que posteriormente se fortalecieron con la incorporación de las ayudas de emergencia a los ingresos de las familias brasileñas.
Este escenario se sumó al período de estacionalidad propio de la producción de leche, resultando en incrementos consecutivos en los precios pagados al productor en los últimos meses. En septiembre, específicamente, el “Precio Medio de Brasil Neto” relevado por Cepea alcanzó R$ 2,13/litro (US$ 0,39/litro), récord real en la serie, analizando los valores mensuales deflactados por el IPCA del 20 de agosto. De enero a septiembre de este año, el aumento del precio de la leche es un significativo 56,4%.
Por otro lado, el movimiento alcista también se nota en los costos de producción , datos del Proyecto Campo Futuro (CNA / SE-NAR), que cuenta con la alianza técnica de Cepea, indican que el Costo Efectivo Operativo (COE), acumula aumentos del 8,1% de enero a agosto, con base en el “Promedio Brasil” (BA, GO, MG, PR, RS, SC y SP), en el mismo período del año pasado, el aumento había sido 0, 14%. Analizando los datos de ese mes respecto a agosto de 2019, el incremento alcanza el 12,0%.
Entre los estados monitoreados por el Proyecto Campo Futuro, los que registraron mayores incrementos en los costos fueron Santa Catarina, Rio Grande do Sul y Minas Gerais. De enero a agosto, los desembolsos en estos estados aumentaron 11,53%, 9,35%, 7,71% respectivamente. Los costos fueron impulsados por el aumento generalizado de los granos, especialmente maíz y harina de soja, componentes importantes de los alimentos concentrados, insumo que, según los datos monitoreados, acumula un incremento del 13,4% en el año. Los costos de concentrados alcanzan hasta el 30% de los ingresos anuales de una propiedad con buen desempeño productivo.
En vista de que en 2019 los datos del proyecto muestran que el precio recibido por los productores aumentó un 13,4% con respecto al año anterior, y el costo operativo efectivo aumentó un 28,6% en el mismo período, el año de 2020, hasta el momento, ha venido mostrando un año de recuperación de márgenes para el productor de leche en el país. Sin embargo, la fuerte apreciación del dólar ha elevado los precios de importantes insumos pecuarios y este contexto debe seguir reflejándose en el bolsillo del productor en los próximos meses.
Otro factor importante a considerar es el tipo de cambio, basado en el precio de la leche en el “Promedio Brasil” y el precio promedio del maíz en las regiones monitoreadas por Cepea, de enero a agosto. Bajo esta perspectiva, el poder adquisitivo del productor de leche cayó en comparación con el mismo período del año pasado. Entre enero y agosto de 2020, con la venta de un litro de leche, el productor compró, en promedio, 1,97 kg de maíz y, en el mismo período del año pasado, fue posible adquirir 2,53 kg. Observando el mismo análisis para la harina de soja, la venta de un litro de leche permite actualmente la compra de 0,99 kilo del derivado, frente a 1,22 kilo de enero a agosto de 2019. Esto muestra que, a pesar del reciente aumento de ingresos, el productor perdió su poder adquisitivo en relación con dos de los principales insumos utilizados por la actividad.
De cara al futuro, las referencias futuras del mercado indican que las expectativas de los agentes son que los precios firmes de la soja y el maíz continúen hasta finales de 2020 y principios del próximo año. Por otro lado, estacionalmente, los precios de la leche tienden a bajar con la llegada de las lluvias y la mejora de las condiciones de los pastos en el Sudeste y Medio Oeste del país, regiones responsables del 45,8% de la producción nacional.
Por el lado de la demanda, la reducción de los montos pagados en las ayudas de emergencia puede retraer el consumo observado hasta septiembre, modificando así el apetito de compra y la competencia entre industrias por la leche en el campo. Por tanto, le corresponde al productor prestar una atención constante y monitorear los números de su propiedad, enfatizando que solo el aumento de precios no redunda en una mejora en los márgenes de la actividad, el foco debe estar en incrementar la eficiencia productiva, asegurando así márgenes sostenibles en el tiempo.
traducido por el OCLA del newsletter de MilkPoint