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RUSIA: desde el punto de vista de los quesos 30/3/2022
Se estima que la producción rusa de queso se ha cuadriplicado desde el embargo alimentario de 2014. Pero existe la creencia general de que, a pesar de este fuerte crecimiento, Rusia no ha logrado reemplazar el queso europeo, que era extremadamente popular en el país antes de las sanciones. Esto se debe en parte a la insuficiente calidad de la leche, pero sobre todo a la falta de tecnologías apropiadas ya las fuertes inversiones requeridas. Sin embargo, las perspectivas de un mayor desarrollo parecen inciertas ya que la demanda en el mercado interior está limitada en gran medida por la pobreza actual.
El consumo ruso de queso sigue siendo bajo en comparación con el de países con economías avanzadas y se sitúa en 9,4 kg per cápita, además de 1,8 kg de productos similares elaborados con el uso de aceites vegetales en sustitución total o parcial de la grasa láctea. El consumo de estos productos comenzó a crecer en 2014 como consecuencia de la disminución del poder adquisitivo y llegó a representar el 30% de la demanda. Sin embargo, su popularidad se desplomó después de que el gobierno introdujera nuevas reglas de etiquetado y estableciera que los productos similares se separaran del queso en los estantes.
En 2021, el sector registró mayores costos de aditivos para piensos, en su mayoría producidos en China, equipos y repuestos para diversas automatizaciones, así como materiales de empaque cuyo precio el año pasado aumentó un 45%. El nuevo etiquetado obligatorio para productos lácteos introducido en julio de 2021 también ha creado dificultades para los procesadores.
Además, está la cuestión demográfica de que, según el servicio estadístico estatal Rosstat, la población de Rusia se redujo en más de un millón de personas el año pasado, lo que supone un descenso demográfico récord desde el final de la Unión Soviética. Sin embargo, con respecto al consumo de queso, se cree que el principal problema son las bajas condiciones económicas, ya que 17,8 millones de rusos, o el 12,1 % de la población, vive por debajo del umbral oficial de pobreza indicado en 154 dólares al mes, nuevamente según Rosstat. Hasta el 60 % de los rusos gasta la mitad de su salario en alimentos y casi el 96 % se ve afectado por el aumento de los precios de los alimentos.
La invasión de Ucrania y las sanciones internacionales resultantes deberían empeorar significativamente el problema de la pobreza y tener un impacto adicional en la cuestión demográfica. Es probable que las restricciones financieras reduzcan significativamente las importaciones de queso de Suiza, Argentina y Uruguay, los principales países proveedores además de los de la Comunidad de Estados Independientes, con Bielorrusia a la cabeza.
En general, la guerra fue un golpe para la industria láctea rusa. Queda por ver cuál será el alcance.
traducido por el OCLA de CLAL.it por Leo Bertozzi